jueves, 1 de octubre de 2009

Imperio

Cuando el crimen nació
Tú ya bailabas sonriente
La miseria siempre acompaño tus pasos,
Y el terror guiaba tus senderos.
La misericordia era decapitada
Por tus manos de cazador certero.
Siempre procreando sedientos demonios
Y putas avarientas.

Tú arrasas mi pueblo
E inundas el tuyo con pieles de ignorancia.
Yo, esclavo de un verdugo sin cabeza
Prisionero de ratas y serpientes.

Tu, asesino con alma y conciencia
Violador de vírgenes descalzas.
Te ufanas del hambre y la guerra.
Corroes todo vestigio de hermandad.
No le temes al bien,
Ya sabes como sobornarlo.

No quitas la venda,
Y la dama justiciera es ciega ante tus actos.
Vives con reyes, empresarios y dictadores.
Duermes con cadáveres
Y te alimentas de su sangre.

Tu crueldad no intimida
Simplemente arrasa sin tiempo a temerte.
Enemigo del pensamiento
Ocultas la libertad
Y la igualdad solo aparece en los cementerios.

Rindes culto a la maldad
Y consigues piedad de la iglesia.
Vives maldito y millonario.
No mueres jamás,
Te transformas para seguir recreando enfermedades.
Sacias tus instintos ludópatas,
Nosotros somos piezas de ese tablero,
De llantos y muertos.

Jorge Amorin.

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